El mar tejido en hilos dibuja un mosaico de color. Un kilim luminoso cuya rosa de los vientos nos lleva a islas de ensueño. Azul puro para un paseo descalzos en el agua. Al volver de la orilla, nos espera un espacio interior fresco, con tapices ligeros que pintan de color nuestra casa llena de sol. Palermo es una alfombra nítida y ligera con azulejos tejidos en lana virgen, que visten suelos y paredes en cualquier orilla del Mediterráneo que habita Sandra Figuerola.
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